
La formación virtual se diferencia de la presencial en que son enseñanzas que se realizan en una separación física entre formador y alumno y con una serie de recursos tecnológicos.
A día de hoy, el incremento de la formación a distancia se ha disparado forzosamente a raíz de la pandemia. No hay que olvidar que gracias a ella se proporciona al alumnado una mayor flexibilidad para los empleados como es el caso de las formaciones en e-learning, en las que puedes aprender 24 horas al día.
Pero una formación en aula virtual no se debe impartir igual que una presencial. La formación a distancia nos ha hecho descubrir una metodología de aprendizaje mucho más práctica y dinámica en beneficio del aprendizaje como, por ejemplo, a través de plataformas de juegos digitales como Mentimeter o Kahoot o algo que está en auge actualmente que son los escape rooms digitales.
¿Por qué se realiza diferente una formación presencial que una virtual?
En la formación virtual la duración de capacidad de atención del alumnado disminuye considerablemente, casi a la mitad, entre 5 y 10 minutos. Además, por esta distancia se genera una barrera de comunicación, principalmente se pierde la comunicación no verbal entre formador y participantes.
Para ello la formación debe ser activa, es decir, no simplemente que el alumnado se siente y escuche al formador, si no que tiene que captar la atención con contenido relevante y atractivo.
Recomendaciones en cuanto al contenido:
- Si partimos de contenido de una formación presencial, en la modalidad online este tiene que ser más sintetizado, y solo centrarse en lo indispensable o relevante. En formato vídeo el alumno tiene menos paciencia y la expectativa es más alta.
- Se deben generar juegos o dinámicas en las que esté involucrado el alumno y con 5 o 10 minutos máximo de explicación.
- La formación virtual debe ser social, es decir, hay que garantizar la conexión entre profesor y alumno y entre alumnos con el contacto visual en pantalla. Esto se consigue creando subsalas de desconexión o bien con dinámicas que requieran de interacción entre ellos.
- Si estas formaciones están acompañadas de efectos especiales, audiovisuales, tableros de colaboración digital o gamificación, la probabilidad de éxito de la formación será incrementada.
- La formación debe ser práctica. Hay que transmitirle y demostrarle al alumnado desde el primer momento que el conocimiento que está adquiriendo es útil para su puesto de trabajo y que puede aplicarlo desde el primer día.
Muchos de estos tips se deben también aplicar en la formación presencial, independientemente de que la capacidad de atención y escucha del alumnado en este formato sea mucho mayor, el trato sea mucho más cercano entre formador y estudiantes y resulte más fácil realizar dinámicas grupales, lo que beneficia la socialización.
Lo que se puede afirmar como conclusión es que la inclusión de dinámicas y la trasmisión de la utilidad de lo impartido siempre serán elementos indispensables tanto en una como en otra modalidad para conseguir el éxito.